lunes

alimenta

Para alimentarme me acerco a la huerta. Tomo unas lechugas para la ensalada. Unas remolachas que arranco con mucho cuidado y las limpio muy bien. Les saco toda la tierra. Hay quienes hacen ensaladas con la hoja de la remolacha. Lo mío es la lechuga. Unas albahacas para el arroz. Y claro me acerco al gallinero para tomar un par de huevos y hacer la mayonesa. Las lechugas son para la noche. Ahora en el almuerzo un poco de arroz y las remolachas. El arroz lo lavo bien para que quede suelto, suave. Con un toque de sal. Un ajo es bueno para limpiar el cuerpo. Ajo a la mañana, ajo a la noche. Caminemos en busca del ajo. Ya es otoño y el sol nos ilumina menos. A las berenjenas les ha llegado un hongo. Pareciera ser la falta de ocupación que las está poniendo débil. Eso de que ya no las miras, ya no me miras, o me miras cuando no te veo. Mayonesa con ajo, ajo arroz. Una copa de vino trae bienestar al cuerpo. Es lo que mi cuerpo pide. Estar bien para sentirme bien. Estoy luego siento. Siento luego pienso. Pienso luego actúo. Actúo luego camino. Sigo la pista de los tallos que crecieron. Las albahacas ya florecieron, sus hojas están un poco amargas. Amargura viene bien, con rúcula para acompañar. A veces combino las lechugas diferentes rúcula , radiccio, berro unas nueces y un poco de vinagreta de miel, esa miel tan dulcita que se consigue en el mercado. Y me deleito de los vegetales, mastico como un rumiante. Me gusta cuando vienes conmigo al mercado y seleccionamos papas que sabes aún no se me dan en la huerta. Ayer saque unos tomates y salieron pequeñitos pero dulces y jugosos. Los pimentones están allí, debo tratarlos con mucho cuidado, uno por uno, y no tocarlos. Es difícil no tocar la fruta al cuidarla porque se da más bonita. El cuidado del huerto me tosta la piel al sol. Pero mi sudor riega las plantas. Me sudan las plantas. Me suda la nariz. Huelo la huerta, sonrisas vienen a mí. Si todo es más bello entre el crecimiento foliar, ¿porqué no hay huertas donde sea? Calles con huertas, ascensores con huertas, techos con huertas, cerros con huertas, sombreros con huertas, automóvil con huerta. Es la contradicción de la vida que no crece al ritmo vegetal. Si nos convertimos en plantas podemos andar con menos necesidades. Menos conexiones, sólo esperando que nos visiten los insectos. La luna brillando nos brinda la energía. Abejas, las invito a posarse en mis flores. Siento mi tallo estirarse al sol. Llamo al agua dulce. El sistema de riego deja todo húmedo a la medida porque esta huerta es asimétrica. Sus salidas son entradas y el riego conecta sus márgenes, cada surco una plantita, en cada planta una vida. Y por acá con el jarrón se riegan las hierbas, la citronela tiene todo tan perfumado, y el orégano orejón parece terciopelo el jazmín se abre en su camino de flores y sombras. Me he quedado dormida bajo el floripondio y fue cuando volé sobre la huerta en una alfombra de enea. Que linda la rúcula que lindas las zanahorias pero el compost es un asco. Huele a humus. El proceso de descomposición transforma el estiércol en vitamina. Sacar los gusanos a las plantas, dejar la tierra limpia, y mis manos tocan la tierra. La saludan la sienten. Pachamama te saludo te siento entre los dedos de las manos. Gracias por la vida madre tierra. Saludo al sol para comenzar el día. Saludo al sol para continuar el día. Saludo al sol, agradezco a la madre. Mother earth for me, for the world dice las personas divertidas. Saltamos hundiendo en cada brinco más nuestros pies en la tierra húmeda. Dan ganas de gritar, dan ganas de comer tierra. Agarro un puñado de lombrices, la apreto en mis manos, estrujo el líquido. Descomposición me compone. Composición de colores. Arcoiris, señal de alegría. Arcoiris cruza mis días. Me contó una señora, un día que miraba su huerta, que si te encuentras mirando un arcoiris más de quince minutos atraes la fuente de la juventud. ¿cómo es eso? pregunté, bueno- respondió- si puedes mantener tu atención fija en un punto del cielo, es porque el cielo te ha llamado a ir permaneciendo. Permaneciendo siendo siento la fotosíntesis activando la clorofila y a la salida del sol las plantas crecen, crece la hierba, la yerba, la grama tratando de alcanzar el sol con sus extremos. Mastico un poco de zanahoria bien limpiecita. Camino descalza me planto bajo el árbol de naranjo ácido entre sus ramas delicadas. El sonido de los pájaros me envuelve. El zumbar de las abejas me adormece. El tronco del árbol me afirma, las ideas se van por las ramas. Conciliar la sensación natural que me entrega estar aquí. Lleno mis pulmones de hojas que caen. Al inhalar siento las burbujas de oxígeno en mi sangre. Aguanto la respiración. Uno, dos, tres. Expulso el aire en mis manos. Las abrigo con la tierra. La tierra me abriga. Me devuelve estoy en plena conciencia que me encuentro aquí, más si me encuentro allá, como dar con esa co_incidencia. No hay posibilidad, porque no cabe dentro de las posibilidades encontrarme incidiendo en nada más que este tronco, mis ideas y yo. Yo me encuentro, yo soy devuelta. Tomo los frutos y las semillas me alimento siento el presente el pasado y el futuro, el jugo acido estimula mis pupilas gustativas una a una van saliendo las semillas, algunas destinadas a ser plantas otras a morir en el suelo. Un huerto ecosistema pequeño fragmento de este planeta. Serán acaso las hojas de clorofila fluorescente que atraen seres de otros planetas. Vendrán. O solo nos saludan. Astronautica. Acituanortsa.

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